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El perfil del turista de hoy día ha cambiado: ya no busca acudir a los lugares de peregrinación cámara en mano a fotografiar imágenes reproducidas un millón de veces en libros y webs. El turista de hoy día busca una experiencia completa, que tenga en el recuerdo mucho más allá que una tarjeta de memoria llena de imágenes.
Es por ello por lo que la gestión cultural de lugares emblemáticos se han puesto las pilas para ofrecer, mediante las nuevas tecnologías como aliadas, nuevas formas de visitar y conocer los espacios que dan fama a cada región y revitalizar aquellos que puedan causar interés pero que no se conocen popularmente.
Imagen: blogrodhasol.com
Parte de este nuevo planteamiento turístico reside en que el móvil se ha convertido en el objeto insustituible de todo viajero. El boom de las cámaras réflex se ha visto sustituido por los objetivos de los smartphones que cada vez ofrecen mejor resolución y calidad en la imagen.
Pero no es este el único factor: la tendencia a compartir en redes sociales, compartir experiencias, críticas etc. han hecho que no haya lugar emblemático que no disponga de perfiles o estrategias alineadas con las nuevas tecnologías y que tengan al móvil como protagonista.
Esto último ha hecho que no resulte raro a día de hoy el curioso contraste de que un monasterio centenario o un lugar sagrado disponga de conexión Wi Fi.
Por otra parte, tanto estímulo tecnológico nos pide que al visitar un lugar no sólo lo contemplemos, sino que se nos ofrezca información detallada y fácil de asimilar sobre la historia y curiosidades que rodean a la zona.
Esta información se debe consumir de forma rápida y cómoda. Ya no sirven los carteles informativos o placas con datos de interés: la información debe aparecer en pantalla y ser consumida de forma personal por cada turista que así lo desee.
El tiempo en el que se realiza una visita también es importante. El viajero es una persona de perfil activo que intenta recrearse en cada lugar, pero no dispone de tiempo suficiente para cubrir todos sus planes, por lo que largos artículos de Wikipedia son poco eficaces y está en las apps específicas y en otras formas creativas de ofrecer la información rápida y visualmente la clave de poder conectar con el público visitante de forma exitosa.
Todas estas claves han desembocado en un nuevo turismo donde el visitante no es sólo espectador, sino que a día de hoy interactúa con su entorno. Desde las mencionadas aplicaciones para móviles hasta nuevas formas de visualización como la realidad aumentada, forman ya parte de la oferta turística de cada lugar.
Enfocar un plano y que te aparezcan en pantalla datos sobre el lugar, reproducciones en tres dimensiones de la vida cotidiana siglos atrás o incluso navegación por otras páginas relacionadas que te indican dónde comer, qué visitar a continuación o alguna curiosidad que se nos puede pasar por alto es lo que busca el viajero del S.XXI y para lo que, tanto espacios de interés turístico como empresas de gestión cultural y ocio deben estar preparados para ofrecer.
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